EL PECADO DE DANILO


 Por Darío Caminero

El autor es periodista y Escritor. Vive en Santo Domingo.
 La rigidez humana solo es concebible en los muertos. Nada es inmutable, todo cambia y no solo en las acciones de los hombres sino en sus pensamientos. Ya lo decía el Tao Te Ching: “En vida el hombre es dúctil y flexible; muerto, está rígido y duro”.
Y nunca es más razonable  como ahora la frase de José Ortega y Gasset: “El hombre es él y su circunstancia”. Desde la creación del mundo el hombre ha demostrado ser cambiante, tanto en actitud,  pensamientos y hechos. Adán y Eva prometieron no comer del fruto del árbol del bien y el mal…y lo demás es historia.
No siempre una mentira resulta negativa si es seguida de una razonable lógica de lo que conviene. Ya lo dijo el famoso filósofo y psicólogo estadounidenses William Jame:  “No hay mayor mentira que la verdad mal entendida”. O acaso no mintió Abraham cuando presentó a Sara, su mujer, diciendo que era su hermana ante el rey Abimelec, para poder salvar su vida? según la narración bíblica sobre el  profeta de la antigüedad. Y así llena de cambios de hechos y pensamientos se ha construido la historia de la humanidad.
“En política se hace lo que conviene”, una expresión de la sabiduría y la experiencia de Euclides Gutiérrez Félix que cabe muy bien mencionar en estos momentos. Entonces, no sé cuál es el pecado de Danilo?...Escuchar el clamor de una inmensa mayoría del pueblo dominicano para que se respostulara para un segundo mandato presidencial ha sido la punta de lanza de la campaña de la oposición en su contra. Un pueblo que desde la Constitución del año 2010 había favorecido la inclusión de la reelección en la ley madre y que fue desoído por conveniencias de los actores del momento.
Un líder cuando es escogido espontáneamente ya no puede sobreponer sus decisiones personales en contra de las decisiones de sus seguidores. Un líder ya no se debe a él, ni siquiera a su familia…se debe a la inmensa mayoría que lo sigue.
Que dijo que no iba y luego que iba?, que es mentiroso, que engaña, que no es de palabra. Esas son las retoricas que quieren vender los detractores de la gestión de gobierno del presidente Danilo Medina. Pura campaña política que deben sostener, pues cuando no hay argumentos y conceptos…las nimiedades se convierten en armas que al final no hieren o más bien, no confunden a un pueblo que es el soberano de su destino, que de tanto dolor, de tanto sufrimiento, de tantos malos gobiernos, ha aprendido muy bien la tarea de saber cuándo establecer la diferencia entre uno y otros…o sabe reconocer cuando un presidente hace un gobierno con  rostro humano. Así que si poner el oído en el corazón de la gente es un pecado, entonces “Vox populi, vox Dei”. La voz del pueblo es la voz de Dios.

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