Por Redacción
Las articulaciones son las uniones entre los huesos próximos, y son las encargadas de proporcionar movilidad y elasticidad al cuerpo. Las articulaciones están recubiertas de cartílago, que es un tejido firme y elástico que tiene las propiedades necesarias para almohadillar y permitir el roce entre los dos huesos que se articulan, amortiguando las cargas físicas.
Dolores agudos, pinchazos, inflamación y rigidez en muñecas, codos, hombros, rodillas, tobillos, pies, pueden conseguir imposibilitarnos en la realización de nuestras actividades y reducir significativamente nuestra calidad de vida, (por ejemplo, por el simple hecho de no conseguir tener un buen descanso).
Las causas del dolor de las articulaciones son varias:
- Inflamatorio
- Mecánico
Si el origen del dolor es mecánico, característico de procesos degenerativos como la artrosis o osteoporosis, aumenta con el movimiento y el esfuerzo, y mejora con el reposo. La artrosis consiste en el desgaste “progresivo” o degeneración de los cartílagos de las articulaciones, sobre todo afecta con más frecuencia a las rodillas, muñecas, dedos de las manos, caderas y columna vertebral.
Si el origen del dolor, en cambio, es inflamatorio como en la artritis reumatoide, no mejora reposo y se acompaña de enrojecimiento, inflamación de las articulaciones e incluso la deformación y debilitamiento de éstas.
La artritis reumatoide afecta preferentemente a las articulaciones de los dedos, manos, muñecas y pies. La inflamación de la artritis reumatoide es causada por la acumulación de fluidos en las articulaciones debido a un ataque de nuestro propio sistema inmunitario, es por tanto una enfermedad autoinmune.
El dolor de articulaciones, o artralgia, está causado habitualmente por enfermedades crónicas como la artrosis, artritis reumatoide, reuma, osteoporosis, aunque también se produce por otros motivos, y puede verse incrementado por factores como el clima húmedo. Hay casos en los que no resulta posible eliminar por completo esta molestia, pero lo que sí se puede hacer es llevar a cabo determinadas acciones que ayuden a reducirlo.
Muchas de estas enfermedades se inician con la eliminación o cambio de las células que fabrican los componentes del cartílago: colágeno y proteoglicanos, produciendo dolor de articulaciones. A su vez, si se hinchan las articulaciones, el cartílago se reblandece, pierde resistencia, la capacidad de amortiguar, adelgaza o desaparece, dejando de proteger al hueso que está debajo.
Dolor de articulaciones por Artrosis
La artrosis es una patología degenerativa en la que se produce una pérdida del cartílago, inflamación de la membrana sinovial y una debilitación de los músculos articulares. Los síntomas son el dolor de articulaciones, rigidez, inflamación y limitación de movimientos.
En España, la artrosis afecta al 10% de la población general. Es la causa más importante de discapacidad entre los ancianos españoles. La artrosis se clasifica en:Primaria, por causa desconocida: Es el dolor de las articulaciones localizado, en las manos, hombros, codos, caderas, rodillas, etc.
Secundaria por causa conocida: una enfermedad, una infección, uso excesivo de la articulación en el caso de los deportistas, etc.
En el caso de artrosis las molestias aparecen al utilizar las articulaciones y mejoran con el reposo. En fases avanzadas de la enfermedad, el dolor puede hacerse más continuo, y aparecer en reposo e incluso por la noche, necesitándose un tratamiento analgésico.
Dolor de articulaciones por Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad articular inflamatoria crónica debida normalmente a una infección previa por virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus de la rubéola y parvovirus que afecta en especial a manos, muñecas, rodillas y pies. La manifestación más frecuente de la AR establecida es el dolor de las articulaciones afectadas, que se agrava con el movimiento.
Es habitual la rigidez generalizada, tras periodos de inactividad. Normalmente las articulaciones presentan inflamación, calor y limitación de los movimientos, siendo más destacado en las articulaciones de gran tamaño, como la rodilla.
En todos estos casos, la atención farmacéutica debe comenzar por la prevención de estos procesos. Para ello son imprescindibles las actuaciones sobre:la modificación de estilos de vida como: evitar la obesidad y dejar de fumar.
La adopción de medidas de corrección postural y la realización de ejercicios físicos aeróbicos, que pueden combinarse con ejercicios de fortalecimiento muscular, flexibilidad y coordinación motora (caminar, bailar, nadar, ir en bicicleta, yoga), siempre adaptados a la gravedad de la enfermedad.
La adopción de hábitos dietéticos saludables: introducción en la dieta de calcio y vitamina D en casos de osteoporosis y de suplementos alimenticios con colágeno.
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